Él la había invitado, después de mucho tiempo, a tomar un café, para conversar y para poder verla de cerca. Días atrás ya se habían visto en una fiesta, de lejos, manteniendo la distancia, ambos querían hablarse, bailar y tal vez revivir que hace un año se habían conocido, pero sabían que no debían, prometieron alejarse por el bien de ambos.
El café, sirvió para que conversaran como un par de amigos más, se contaron como la pasaron en la fiesta, la experiencia de ella al bailar música folclórica, porque él se había ido temprano, porque ella bailó hasta casi el amanecer. Tal vez el motivo principal que no dijeron fue que se extrañaban.
Tras salir, él la acompaño para embarcarla hacia su casa, iban por el mismo camino que recorrieron varias veces tomados de la mano, ¿qué podían decirse?, sólo basto sus miradas para darse cuenta lo mucho que aún se querían, no podían confesarlo, y en esa esquina dónde se besaron apasionadamente una vez, no pudieron más, se besaron como hubieran querido hacerlo en aquella fiesta, en los meses que se evitaron y todos los días siguientes.
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